La Navidad es una época de celebración, familia y tradiciones, y los alimentos juegan un papel central en estas fiestas. Para las personas mayores, disfrutar de los sabores navideños puede ir de la mano con una dieta equilibrada que promueva su bienestar y energía durante esta etapa de la vida.
En la tercera edad, una alimentación saludable se centra en consumir proteínas magras, fibra, grasas saludables y alimentos ricos en vitaminas y antioxidantes. Estos nutrientes son esenciales para mantener la masa muscular, cuidar la salud cardiovascular y fortalecer el sistema inmunológico. Durante las celebraciones, platos como el pavo al horno o el pescado no solo son opciones deliciosas, sino que también son ligeros y fáciles de digerir. Las ensaladas festivas, preparadas con frutas como granada, manzana o naranja, combinadas con frutos secos como nueces o almendras, aportan fibra, grasas saludables y un toque de color a la mesa. Además, incluir verduras de temporada como el brócoli, la zanahoria o la calabaza no solo enriquece los menús con vitaminas y antioxidantes, sino que también le da un toque especial a los platillos navideños.
Disfrutar de los banquetes festivos no significa renunciar al placer de la comida. Pequeños ajustes pueden marcar la diferencia, como optar por porciones moderadas, priorizar la calidad sobre la cantidad y preparar postres caseros con menos azúcar o endulzados con miel o dátiles. Las bebidas también son clave: infusiones, agua con frutas frescas o jugos naturales pueden ser alternativas saludables y sabrosas frente a las opciones azucaradas o alcohólicas.
Cuidar la alimentación en Navidad no solo es posible, sino también una forma de disfrutar plenamente de estas fiestas sin comprometer la salud. Mantener el equilibrio entre las tradiciones y una dieta saludable asegura momentos inolvidables, tanto para el cuerpo como para el espíritu. Porque la verdadera esencia de la Navidad está en compartir, celebrar y cuidar de quienes más queremos, empezando por uno mismo.